Archivo por meses: May 2016

Sacerdocio universal del cristiano

UN MODELO DE SACERDOCIO “DIFERENTE” AL ANTIGUO

Sacerdocio universal del cristiano

Ver:

 

Lo mismo el templo de Jerusalén que los templos paganos tenían zonas muy reducidas como lugares sagrados o santísimos, y sólo podían penetrar en ellos los sacerdotes.
En el Evangelio vemos que el pueblo tenía que esperar fuera mientras se ofrecía el sacrificio (cfr. Lc.1,10.21). Incluso los simples sacerdotes debían abstenerse de entrar en el “Sancta Sanctorum”: Estaba protegido por un velo que sólo podía atravesar el Sumo Sacerdote una vez al año (el Día de la Expiación) después de una semana de purificaciones.
Sin embargo, cuando Cristo murió en la cruz el velo del templo “se rasgó en dos, de arriba abajo” (Ev. Mateo 27,51). Había quedado abierto a todos el acceso directo al santuario. Podríamos decir,pues,que los fieles de la Nueva Alianza no corresponden a los laicos de la antigua,sino más bien a los sacerdotes.Se trata de un “pueblo de sacerdotes”
“Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable” (1ª Pedro 2:9).
«Vosotros también, como piedras vivas, sed edificados como casa espiritual y sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales aceptables a Dios por medio de Jesucristo» (1ª Pedro 2:25).
“…e hizo de nosotros un reino y sacerdotes para su Dios y Padre…” (Apocalipsis 1: 6:5).
En significativo que, para construir sus iglesias, los cristianos no eligeron el modelo arquitectónico del templo pagano, sino el lugar de reunión pagano, la basílica: Tenían que dar cabida a toda la comunidad porque es toda la comunidad quien ofrece la eucaristía. También a esto se refiere el “sacerdocio común” del que hablamos más arriba.
Esto no significa, evidentemente,que en la celebración de la eucaristía todos puedan hacer las mismas cosas. Cada uno tiene un “servicio” o “ministerio” particular. Sólo el ministro ordenado puede presidir la celebración, pero es la asamblea entera quien celebra.
Esos ministros ordenados, al no responder ya al esquema de “personas profanas” no reciben en el Nuevo Testamento el nombre de iereus (“sacerdotes”), sino otras designaciones tales como “sirvientes” (doulos: Rom 1,1), “ministros” (diáconos: 2 Carta a los Corintios 2, 6;6,4; Col 1,23.25; Ef 3,7), “presidentes” (proistamenoi: Rom 12,8;1 Tes5,12), “directores” (egoúmenoi: Hech 15,22;Heb 13,7) y, sobre todo, “ancianos” (presbíteroi: Hech 11,30; 14,23; 16,4; 20,17; 21,18; Sant. 5,14; 1 Pe 5,1.5; 1Tim 5,17.19; Tit 1,5).
Tampoco por su estilo de vida respondían al modelo de segregación (un “mago revestido de poderes”) que caracterizaba a los sacerdotes de las demás religiones: trabajaban como cualquiera, apreciaban el celibato (cfr. 1Cor 7) pero éste no era condición sine qua non para la ordenación y no usaban ninguna vestidura especial. Las pinturas de las catacumbas de Priscila y Calixto ponen de manifiesto que los presbíteros vestían como los demás no sólo en la calle, sino incluso durante la celebración eucarística.
Era, sin embargo,demasiada novedad para unos hombres que vivían rodeados de religiones sacrales y ya a principios del sigle III -antes, por lo tanto, de Constantino- empezó a modificarse su estilo de vida, aunque no sin la oposición de quienes querían proservar la originalidad del ministerio cristiano.
Se conserva, por ejemplo, una carta del Papa Celestino 1 dirigida a los obispos de las Galias (provincias de Vienne y Narbona) el año 428, cuando supo que algunos presbíteros empezaban a usar hábitos semejantes a los monjes, en la que dice:
“Debemos distinguirnos del pueblo y de los otros por nuestra doctrina, no por nuestros vestidos; por nuestra conducta, no por nuestros hábitos; por la pureza de nuestra alma, no por nuestro atavío”.
Algo similar podríamos decir del celibato obligatorio que, propugnado por vez primera en el Sínodo de Elvira (año 305 ó 306), no se generalizó en la Iglesia occidental de una manera efectiva hasta el siglo XII. Todavía en el siglo XI, un obispo de Lieja se quejaba de que debería deponer a todo su clero si tuviese que aplicar las medidas disciplinarias eclesiásticas.
No debe extrañarnos que, paralelamente a esa evolución, se recupera el título de “sacerdotes” para los ministros del Evangelio. El primero en emplearlo fue Hipólito de Roma, ya a fines del siglo II, y poco después Polícrates llama “sacerdote” al apóstol Juan.

LOS SACRAMENTOS DEL CRISTIANO
Llega ya el momento de resumir nuestra reflexión. De lo dicho hasta aquí se deduce que es inútil buscar a Dios en los lugares y tiempos “sagrados”, porque no existen. A Dios se le encuentra en lo profano (“pro-fanum”=fuera del templo), y, por tanto, no se trata de vivir religiosamente algunos momentos de la vida, sino la vida entera.
Y, sin embargo, frecuentamos el templo. Los sacramentos, como veremos, serán necesariamente celebraciones de la vida. “Celebramos en el templo lo que se realiza fuera del templo, en la historia humana”
De esto se deduce que, obviamente, el culto del templo nunca podrá celebrarse en perjuicio del servicio al hermano. Dios siempre “cede sus derechos”: “El sábado se hizo para el hombre y no el hombre para el sábado” (Marcos 2,27).
Y si Dios cede sus derechos -como decía Bonhöffer- “no debemos ser más religiosos que el mismo Dios”.
Lo malo es que para muchos cristianos los sacramentos siguen siendo ritos al margen de la vida. Son hombres “religiosos”, más que hombres cristianos (aunque invoquen a su Dios como Padre de Jesucristo). Han accedido a los sacramentos sin un suficiente discipulado.
Una anécdota ejemplifica perfectamente este problema: Los monjes romanos que habían ido a evangelizar Inglaterra en el s. VI preguntaron al Papa San Gregorio Magno: “¿Qué hacemos con los templos de los ídolos?” Y él, en una carta por lo demás muy interesante, respondió: “Muy sencillo: Quitad a los ídolos, poned a Jesucristo, y todo estará en su sitio”.
Pero, realmente, hay mucho más que mejorar que eso.

Ver:

Hartura social

HARTURA SOCIAL

JOSÉ IGNACIO GONZÁLEZ FAUS
A mis hermanos obispos

Este verano, algunas actuaciones o palabras de la autoridad eclesiástica suscitaron dolor y queja en la opinión pública. Tanto, que alguien de vosotros llegó a hablar de un renacer del anticlericalismo y de persecución contra la Iglesia. No desconozco los ribetes sectarios de algunos anticlericalismos hispanos. Pero temo que lo que llamáis persecución no es más que la saturación y hartura de buena parte de la sociedad (tanto de no creyentes como de muchos cristianos) contra modos de actuar que nos son difíciles de entender.

Estas líneas intentan deciros, desde dentro y desde la fraternidad, lo que otras muchas voces dicen desde fuera y desde la desconsideración. He procurado contar hasta cien antes de hablar (y no cien segundos, sino cien días), para hacerlo con calma y sin resquemor. Quiero ser cristiano y serlo con la máxima fidelidad al Evangelio. Pero debo confesaros que la institución eclesiástica es la cruz de mi fe. En el corto espacio de que dispongo me gustaría deciros por qué.

1.No somos testigos del Dios Vivo sino de un pasado muerto. Como seguidores de Jesús parece que nuestra tarea debería ser: «Anunciar al hombre de hoy el Misterio más profundo, más santo y liberador de su existencia, que lo redime del miedo y de la autoalienación, y al que llamamos Dios… Mostrar al hombre de hoy el camino que conduce de forma creíble y concreta hacia la libertad de Dios». En lugar de eso moralizamos precipitadamente contra todo lo que nos incomoda. Olvidamos que «la tradición sólo puede mantenerse allí donde se buscan honradamente nuevos caminos y medios de vida». (Ambas citas y las demás que aparecen sin otra referencia en este artículo son de K. Rahner).

2. La imagen que damos de la Iglesia no es la de un «sacramento de salvación» (señal de que Dios se ha identificado gratuita y definitivamente con este mundo empecatado), sino la de una institutriz gruñona y provecta que, a base de riñas, trata de afirmarse a sí misma más que de educar.No pocas veces, y en cuanto a contenidos concretos, quizá estaría yo más cerca de vosotros que de la cultura en que me muevo. Pero lo que la sociedad adulta no soporta es ese tono de que nosotros somos los únicos buenos y todo lo demás es maldad. Por eso:

3.No damos en absoluto la sensación de amar de veras a este mundo, al que dice el Evangelio que Dios amó tanto que le envió a su Hijo, no para condenarlo sino para salvarlo. Por mal que esté, el objeto del amor de Dios es este mundo, no la Iglesia. Ésta debe ser sólo señal y cauce de ese amor; y no puede mirar al mundo como el campo del mal al que ella debe dirigir y controlar, o del que debe apartarse para vivir en otra órbita, pero siempre sin tener que aprender nada de él. «¿Por qué no nos atrevemos a decir con humildad y sosiego, variando un poco un dicho de Agustín: muchos que Dios tiene no los tiene la Iglesia, y muchos que tiene la Iglesia no los tiene Dios?».

4. No podemos seguir creyendo que toda la sociedad es católica, salvo unas pocas voces estentóreas que, o bien niegan la fe o no la reconocen en las proclamas de la Institución, pero que son minorías despreciables (aunque magnificadas por los medios). Sin embargo: «La actitud de ciertos católicos, de tipo convencido, tieso y militante, tiene algo de primitivismo cultural, algo del carácter de la pequeña burguesía que se cierra en sí misma y se atrinchera en un gueto. Esos hombres se cierran y actúan como si en el mundo sólo existieran cristianos». No es éste el mundo en que nos movemos, salvo para quienes no hayan superado aún el nacionalcatolicismo.

Por poner sólo dos ejemplos: sorprende vuestro reduccionismo de la fe cristiana a temas de moral sexual y a que la legislación civil refleje lo que consideráis lícito en este campo. En los evangelios apenas hay dos pasajes referidos a la moral sexual y son, por supuesto, exigentes como lo es todo el Evangelio. Pero la mirada de Jesús se dirigía mucho más al sufrimiento humano, a la enfermedad, a las opresiones realizadas en nombre de Dios o del Dinero, a la mujer marginada, a la posi-bilidad de la paz interior y a todas esas pequeñas conquistas de libertad que, cuando se dan, Jesús las leía como signos de que se está acercando el Reino de Dios. Mucho más duro es el Evangelio con los ricos, aunque esto no parece preocuparnos pastoralmente. Vuestras palabras se parecen más a las del romano Catón, que a las del judío Jesús, llamado El Cristo.

La enseñanza de la religión en la escuela es sin duda un problema por resolver. Pero entre los muchos amigos no creyentes que tengo, el 90% son fruto de aquellas clases de religión en la escuela franquista. Y esto me hace preguntarme: ¿es tan importante la obsesión por tener «grandes plataformas» cuando luego tenemos tan poco que decir desde ellas? Jesús enviaba a los suyos a predicar imponiendo una notable pobreza de medios, pero dando una gran riqueza de contenidos. Nosotros parece que nos empeñamos en evangelizar con riqueza de medios pero, hoy por hoy, con notable pobreza de contenidos.

Todos rezamos en el Breviario: «Ayuda con tu Gracia a los obispos de la Iglesia, para que con gozo y fervor sirvan a tu pueblo». Ese servicio gozoso implica un gran amor a la libertad: pues, aunque los hombre abusemos tantas veces de ella, sólo lo que brota de una libertad total merece el nombre de auténtica bondad humana.

Y perdón por estas palabras. Pero creo estar dentro de la enseñanza eclesiástica y del Catecismo, que defienden la necesidad de la opinión pública y aun de la crítica en la Iglesia. Aunque luego, como venganza camuflada, seme busquen las cosquillas por otro lado.

El partido popular pertenece al anticristo

EL PARTIDO POPULAR PERTENECE AL ANTICRISTO

Fueron los profetas los que lucharon gallardamente contra la institucionalización de la pobreza en el seno de la sociedad israelita. Ellos señalaron con el dedo las fuentes que producían la condición social de la pobreza: el comercio fraudulento (Miqueas, 2,1-3; Ezequiel 22,29), la justicia venal (Amós 5,7), la reducción a esclavitud (Nehemías 5, 1-5), las violencias de las clases poseyentes y de los funcionarios implacables, conchabados con los propios reyes (Jerermías 22, 13-17).

Cuando el comportamiento de un gobernante acarrea males a los pobres del país, los hombres de Dios levantan su clamor de denuncia. Un ejemplo concreto, entre otros muchos que trae la Biblia, es Elías, su Palabra contra los ricos injustos es terrible.

Mientras el pueblo se hunde en la miseria y la desesperación, sus élites siguen instalados en extravagantes lujos despilfarradores, insensibles, insultantes, propios de sinvergüenzas. Recordemos la parábola del rico Epulón y el pobre Lázaro.

El partido popular pertenece al anticristo 02

Los ricos y la iglesia: Decía San Basilio, en el siglo IV: » Al que tiene hambre le pertenece el pan que tú almacenas, al que está desnudo, la capa que guardas en tus cofres, el que sin sandalias, el calzado que se pudre en tu casa , al pobre, el dinero que tienes enterrado. «Los ricos no deberían atreverse ni a traspasar los umbrales de la iglesia» (S. Juan Crisóstomo, siglo IV). «Cualquier rico, o es un ladrón o es heredero de ladrones» (S. Jerónimo, s. IV).

«Las cosas superfluas de los ricos son necesarias para los pobres. Se tienen cosas del prójimo cuando se poseen cosas superfluas” (Agustín de Hipona, 354-439, el mayor de los Padres de la Iglesia).

Y, por supuesto, no hablar de injusticias, evita identificarlas y cualquier compromiso -siempre con riesgos-, de ayudar a las víctimas.

Sólo la aceptación de unos riesgos demuestra la realidad de una fe. Esa “fe” ciega ante la injusticia ES PAGANISMO.

Ante la hipocresia y la falta de misericordia de los gobernantes: Los gobiernos del PP (y también del PSOE)… «Atan cargas pesadas, imposibles de soportar, y las echan sobre los hombros de los demás, pero ellos ni con un dedo quieren moverlas» (Mateo 23:4-6, Lucas 11:46).

Los abusos de la usura de los Bancos (que controlan grandes partidos y medios de comunicación): La Biblia prohibe la usura: hay que abolirla. Por ej. lo dice Nehemías, líder judio del s. V a.C.

Cobrar interés por préstamo es pecado. «¿Hablamos del botín o de las vidas? Porque si hablamos del Botín las vidas no importan» (“Calígula”, de Albert Camus). «…qué corazón de mármol, qué entrañas de bronce y qué alma de argamasa!» («D. Quijote», de M. De Cervantes, refiriéndose a la usura bancaria).

El partido popular pertenece al anticristo 04

Especuladores y ávaros, desahuciadores de familias y de jubilados: «¡Ay de los que teniendo una casa, compraron el barrio poco a poco! ¡Ay de los que juntan campo a campo! ¿Así que se van a apropiar de todo y no dejarán nada a los demás?» (Isaías 5,8).

«Los fariseos, que eran amigos del dinero, oyeron todo esto y se reían de Jesús. Él les dijo: -Vosotros sois los que ante la gente os hacéis pasar por justos, pero Dios conoce vuestros corazones: lo que es admirado entre los hombres, es detestable a los ojos de Dios» (Lucas 16:14-15). Esto decía Jesús a los hipócritas religiosos, conservadores y materialistas.

Políticos y banqueros: «…Una cueva de ladrones» (Jeremías; 7, 11). «¡Oh pueblo mío!, tus opresores te mandan y tus prestamistas te dominan. ¡Oh pueblo mío!: tus dirigentes te hacen equivocar y echan a perder el camino que sigues» (Isaías 3, 11s). Dirigiéndose a los hombres de la capital, el profeta denuncia los sufrimientos de los campesinos: «…en vuestras casas están los despojos del pobre. ¿Con qué derecho oprimís a mi pueblo o pisoteáis a los pobres?, dice el señor Yavé de los Ejércitos» (Isaías 3,14s).

Leyes injustas y discriminatorias. La injusticia del PP, su ley-mordaza, dinero público a los bancos…: “¡Ay de los que decretan estatutos inicuos, y de los que constantemente escriben decisiones injustas, para privar de justicia a los necesitados, para robar sus derechos a los pobres de mi pueblo, para hacer de las viudas su botín, y despojar a los huérfanos! ¿Y qué haréis en el día del castigo, en la devastación que vendrá de lejos? ¿A quién huiréis por auxilio? ¿Dónde dejaréis vuestra riqueza?” (Isaías 10:1-3).

«Conscientemente perpetrais injusticias; sobre el país pesa la violencia de vuestras manos” (Salmo 58: 2)
«Sois los enemigos de mi pueblo, pues quitáis su cobija al hombre Bueno, y tratáis como si estuviera en guerra al que vive tranquilo» (Miqueas 2,8).

El partido popular pertenece al anticristo 03

Ante la injustícia en los tribunales: “Porque os digo que si vuestra justicia no fuera mayor que la de los escribas y fariseos, no entraréis en el reino de los cielos” (Mateo 5:20).

«Visita los tribunales, mira cómo actúan los malévolos y corruptos funcionarios de la Justicia. Míralos jugando con las ideas y los pensamientos del pueblo llano como el gato juega con el ratón. Visita los hogares de los ricos, donde vive la presunción, la falsedad y la hipocresía. Pero no dejes de ir también a los arrabales de los pobres, donde reina el miedo, la ignorancia y la cobardía. Visita entonces los dentistas, raudos con los dedos y señores de herramientas delicadas, pastas dentales y sedantes, que pasan sus días llenando los agujeros de los dientes careados de la nación para esconder la podredumbre” (Jubran Khalil Jubran, 1883-1931, escritor y artista libanés).

Corrupción para sus caprichos, trapicheos judiciales de los poderosos, “ley Botín”: “Porque vuestras transgresiones son grandes, vuestros pecados numerosos: opresores de la gente buena, aceptais el soborno y haceis perder su juicio al pobre en los tribunales” (Amós 5, 12). “Para completar la maldad con sus manos, el príncipe demanda, y el juez juzga a cambio de recompensas; y el grande habla el antojo de su alma, y se lo confirman. El mejor de ellos es como el espino; el más recto, como zarzal; el día de tu castigo viene, el que anunciaron tus atalayas; ahora será su confusión” (Profeta Miqueas 7:3-4).

Ante el lujo insolente: “Los que se acuestan en lechos de marfil y comen exquisitamente «serán los primeros en partir al destierro» (Amós 6,4-7), y con ellos irán sus mujeres que empleaban en buenos vinos la plata de los pobres” (Amós 4,1-3).

“¡Ay de ti, que eriges tu palacio sin justicia, y tus salas sin equidad! ¡Ay de ti, que explotas a tu prójimo y no le pagas el salario de su trabajo! Ay de ti, que dices: “Voy a construirme un palacio espacioso, con amplias salas” (…). Tú, en cambio, sólo ves lo que te conviene; sólo piensas en saciar tu avaricia, en derramar sangre inocente y en oprimir y agraviar a otros.» Por lo tanto, así ha dicho el Señor acerca de Joacín hijo de Josías, rey de Judá: «Nadie te llorará. Nadie dirá: “¡Ay, hermano mío!”, ni “¡Ay, hermana mía!” Nadie lamentará tu muerte, ni te dirá: “¡Ay, señor! ¡Ay, Su Majestad!” Al contrario, te arrastrarán hasta fuera de la ciudad de Jerusalén, y te enterrarán como si fueras un asno» ¡Sube al monte Líbano y grita! ¡Ve a Basán y deja oír tu voz! ¡Grita desde Abarín! Porque todos tus aliados van a ser destruidos. Te hablé cuando gozabas de prosperidad, pero dijiste: “No quiero escuchar” Y desde que eras joven te has portado así. Nunca has querido hacerme caso. Por eso todos tus dirigentes serán arrastrados por el viento, y todos tus aliados serán llevados al cautiverio. Entonces tu ciudad quedará en vergüenza y confundida por causa de toda tu maldad. Ahora habitas en el nido que te hiciste con los cedros del Líbano; pero ya te vendrán dolores, como de parturienta, ¡y entonces gemirás!” (Jeremías 22:13-23).

El partido popular pertenece al anticristo 01

Opresión: “No oprimas al jornalero pobre y menesteroso, ya sea uno de tus compatriotas o extranjero de los que habitan en tu tierra y dentro de tus ciudades. Le pagarás su jornal el mismo día, antes de que se ponga el sol, pues ese hombre es pobre y necesita su paga para vivir. De lo contrario, pedirá ayuda al Señor, y esto será un pecado en tu contra” (Deuteronomio 24:14-15). «El que oprime al débil hace ultraje a su creador, …mientras que el que muestra ternura para con el pobre hace resplandecer Su Gloria» (Proverbios 14,31; 17,5). A las mujeres ricas e insensibles: «Vacas de Basán: oprimís a los débiles y aplastáis a los necesitados» (Amós 4,1). «Pisotean a los pobres en el suelo y les impiden a los humildes conseguir lo que desean» (Amós 2,7).

— ENLACES RELACIONADOS —

Mentiras y abusos por avaricia

MENTIRAS Y ABUSOS POR AVARICIA

«… El enriquecimiento tiene prisa. Tengan en cuenta, además, que en política no puede haber más de una veintena de capitanes generales y que hay veinte mil aspirantes, de los cuales algunos son truhanes capaces de vender a su familia para alcanzar la más mínima ventaja» (Honoré de Balzac, 1799-1850, escritor).

Mammón (es decir, el amor a las riquezas, raiz de todos los males según el apóstol Pablo) controla el mundo.
Lo hace a través de las grandes fundaciones como la Ford o la Rockefeller, auténticos cerebros del capitalismo mundial, es decir, de un sistema egoísta, amoral, anticristiano y destructor de la familia y de la cohesión de los pueblos. Estas fundaciones sirven directamente a la gran Banca transnacional, propietaria de los grandes mass media y de los grandes partidos políticos (que a su vez dependen en su financiación de los Bancos), es decir de los Estados, del Poder político o secular (el César, servidor de Mammon).
Todo este engaño es para mantener la producción economicista, materialista, por encima de cualquier otra consideración humana, como por ej. los intereses de la familia, de los pueblos, de la dignidad humana, de la libertad, y de la simple resistencia a la manipulación y a la idiotización colectiva.
Quieren hacernos zombies que simplemente consumamos y obedecezcamos todos los deseos necios, zafios, malvados y perversos que ellos nos sugieren y difunden como «modelo a seguir» a través de la manipulación sistemática de las noticias y de la imposición de unos valores mezquinos, atroces, maliciosos, sin ética de los programas de las TVs.
«Porque la ira de Dios se revela desde el cielo contra toda impiedad e injusticia de los hombres que detienen con injusticia la verdad” (Romanos 1,18)
«¡Oh pueblo mío!, tus opresores te mandan y tus prestamistas te dominan. ¡Oh pueblo mío!:  tus dirigentes te hacen equivocar y echan a perder el camino que sigues»  (Isaías 3, 11s).
“Para tú el cielo es gris cuando es azul. Te prohíben ver la luz -¡no la cruz!-, la luz!” (“Bienvenidos al club de los olvidados”, canción de hiphop).
“¡Ay de los que teniendo una casa, compraron el barrio poco a poco! ¡Ay de los que juntan campo a campo!  ¿Así que ustedes se van a apropiar de todo y no dejarán nada a los demás?” (Isaías 5,8).
“¡Ay  de los que planean maldades e iniquidades en su camas! Al amanecer las ejecutan, porque pueden hacerlo. Codician campos y los roban, casas y las ocupan. Oprimen al varón con su familia, al hombre con su heredad» (Miqueas 2,1s).
«Ustedes, vacas de Basán, oprimen a los débiles y aplastan a los necesitados» (Amós 4,1).
«Pisotean al pobre exigiéndoles parte de su cosecha. Yo sé que son muchos sus crímenes y enormes sus peca­dos, opresores de la gente buena, que exigen di­nero anticipado y hacen perder su juicio al pobre en los tribunales» (Amós 5,11-12).
«Ustedes sólo piensan en robarle al kilo o en cobrar de más, usando balanzas mal calibradas. Ustedes juegan con la vida del pobre y del miserable por un poco de dinero o por un par de sandalias» (Amós 8,5s).
“Clama el jornal de los obreros que han cosechado vuestras tierras, el cual por engaño no les ha sido pagado por vosotros” (Santiago 5:4): Santiago es el (medio)hermano de Cristo, fue martirizado en Jerusalén, donde se ha encontrado su tumba. No está pues enterrado en Santiago de Compostela, como se dice por tradición medieval.

«Ningún criado puede servir a dos señores, porque aborrecerá a uno y amará al otro; o bien se entregará a uno y despreciará al otro. No podéis servir a Dios y al Dinero.» Estaban oyendo todas estas cosas los fariseos, que eran amigos del dinero, y se burlaban de él” (Lucas 16: 12-13).
Un cristiano que se haga rico, como los telepredicadores, o «radiopredicadores» tal como César Vidal, a través de estos medios de comunicación, es dudoso que sea un cristiano verdadero y es bién posible que sea un falso y un adorador del dinero, de todo este sistema pervertido que lleva a las masas muy lejos de Cristo y camino del infierno.
«Los fariseos, que eran amigos del dinero, oyeron todo esto y se reían de Jesús. Él les dijo: -Vosotros sois los que ante la gente os hacéis pasar por justos, pero Dios conoce vuestros corazones: lo que es admirado entre los hombres, es detestable a los ojos de Dios» (Lucas 16:14-15).
«Ustedes son los enemigos de mi pueblo, pues le quitan su cobija al hombre bueno y tratan como si estuviera en guerra al que vive tranquilo”
(Miqueas 2,8).
«Por eso así dice el Señor: Miren, yo planeo una desgracia contra esta gente, de la que no podrán apartar el cuello, ni podrán caminar erguidos, porque será una hora funesta” (Miqueas 2,3).