Archivo por meses: octubre 2016

La Proporción Bíblica

LA PROPORCIÓN BÍBLICA

“El verdadero arrepentimiento es una reversión de las medidas. Enmedio se encuentra Dios. Si esta carencia de sentido de la proporción no es corregido dentro de una alma, el hecho que se haya dejado de ser ateo para hacerse religioso, no ayuda demasiado. El alma continuará ocupándose de trivialidades, con una diferencia: que ahora serán trivialidades religiosas. El objeto que miras con ojos miopes será distinto, pero tus ojos continuarán siendo miopes…Según Efesios, el papel del pastor no es hacer sermones, sino hacer santos. Los predicadores se encuentran más expuestos a la palabrería. Para los fariseos, Jesús era un pecador que incumplía el Sabbath. Esto era lo único que podían llegar a pensar. Olvidaban todas las buenas obras y las enseñanzas de Jesús. La palabra obispo originariamente quería decir pastor principal, el más adelantado en la fe, el hombre que daba su vida por las ovejas en tiempos de persecución. Ahora, en cambio, es alguien con ciertos conocimientos académicos, escogido por hombres que a menudo ellos mismos ni son hijos de Dios. Todavía antes de mi arresto, todos nuestros obispos ortodoxos, excepto uno, habían claudicado frente a las acusaciones del régimen comunista. El obispo reformado hizo igual. Ahora alaban el sistema y denuncian a sus ovejas…Quienes pensaron esos sistemas teológicos y los escribieron en tan perfecto orden, ¿llevaron alguna vez la cruz? Nadie puede pensar sistemáticamente cuando tiene un fuerte dolor de muelas. Si se está crucificado con Cristo, ¿cómo uno puede pensar sistemáticamente?” (Richard Wurmbrand, pastor protestante de lengua alemana, 1909-2001, pasó 14 años en prisiones de aislamiento en Rumanía).
En la proporción está la prueba de lo que es benintencionado o de lo que es manipulación.
Proporcionalidad es (sentido de) Justicia y de objectividad. La falta de matización y de proporción lleva fatalmente al fanatismo y a la ceguera.
Veamos unos cuántos ejemplos sobre la importancia aproximada que tienen diversos temas en la Biblia y en la práctica, conversaciones y predicaciones reales en las iglesias:

Temas sobredimensionados por las iglesias denominacionales:
  • – “Los últimos días” (escatología apocalíptica), de los que Cristo dice a los apóstoles que no les corresponde saber a ellos el día ni la hora: en la Biblia ocupa sobre un 2%, pero en las iglesias sería sobre el 25%.
    – Las epístolas de Pablo: en la Biblia ocupan sobre un 12%, mientras que en las iglesias sería sobre el 25%.
  • – La homosexualidad: en la Biblia ocuparía digamos que un 0’05%, mientras que en las iglesias sería sobre un 2% (en cuanto a tema “público”, mucho más, sería uno de los temas estelares, prácticamente un 25%).
  • – El aborto: en la Biblia sólo hay, como mucho, dos referencias, y no coinciden exactamente con lo que se suele decir en las iglesias, digamos pues que un 0’01%, mientras que en las iglesias son un 1 ó 2% (bastante más para la Iglesia Católica).
  • – La eutanasia: en la Biblia no hay referencias explícitas que yo conozca, es decir, 0%, mientras que en las iglesias el tema puede ocupar un 0’5% (más en la católica o entre fundamentalistas). La eutanasia a la que normalmente se refiere el debate público son pocos casos (en principio) comparados a las 30.000 personas que mueren en el mundo de desnutrición diariamente y de las que las iglesias no hacen ningún tema recurrente (mosquito y camello).
Temas menospreciados por las iglesias:
  • – El Evangelio: en la Biblia son hacia el 10%, pero es el corazón mismo de la Biblia cristiana, en las predicaciones de iglesias evangélicas no pasaría de un 5%. La práctica real del Evangelio por evangélicos sería aún más terrible, seguramente por eso lo predican tan poco, pues difícilmente suele haber personas tan antievangélicas como los líderes religiosos. En las iglesias evangélicas se suele menospreciar el mensaje del Cristo real y se exalta un misticismo abstracto falsamente cristocéntrico (mera verbalización de fe).
    -( Dentro del Evangelio): las críticas radicales de Jesucristo a los fariseos-integristas y castas religiosas, tema destacado de la predicación de nuestro Mesías, que en las iglesias aparece muy edulcoradas y borrosas, precisamente porque suelen estar controladas por ese mismo tipo de clero con que Cristo se enfrentó frontalmente y que se unieron para matarlo.
  • – Los profetas: en la Biblia son por lo menos el 15% del texto, en las iglesias sería el 2 ó el 3%, y generalmente de manera más bién sesgada.
  • – Por la justícia y contra la corrupción políticoreligiosa: tema de los importantes a lo largo de todo el mensaje bíblico, muy presente especialmente en profetas y en los Evangelios, en el debate a muerte de Cristo contra el integrismo religioso y las castas clericales de su tiempo. Tema 15% de resaltable en el texto bíblico, que en las iglesias es totalmente marginal, sería un 0’2%.
  • – La misericordia: tema central en los profetas y en Jesucristo y también muy importante en las cartas apostólicas, hacia el 10%; pero para las iglesias la misericordia es como un 2% en el mejor de los casos. Hitler intentó eliminar la palabra “misericordia” de las Biblias. Muchos predicadores son sus herederos al no predicarla ni practicarla.
  • – La prostitución: en la Biblia es un tema bastante recurrente, hacia el 2 ó 3%; pero las iglesias a penas lo tratan, un 0’05%..
  • – La soberbia: La Biblia y los Padres de la Iglesia la consideran el principal pecado, origen de todos los demás, el pecado contra el Espíritu Santo. Es un tema que recorre la Biblia; pero las iglesias prácticamente lo omiten, porque muchos de sus líderes son ejemplo vivo de este pecado. «Fue el orgullo lo que convirtió ángeles en diablos; es la humildad lo que hace a los hombres como ángeles» (Agustín de Hipona, 354-430, Padre de la Iglesia y teólogo latinoafricano).
Reprensión a la desproporción:

Con estos ejemplos y contrastes podemos comprender por donde van las carencias, manipulaciones y pecados de las iglesias visibles y especialmente de sus líderes.
“A vosotros os conozco y sé que no tenéis dentro de vosotros el amor de Dios” (Evangelio según Juan 5:42, hacia 69-90 d. C.). «¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, que cerráis el Reino de los Cielos a los hombres! Porque ni vosotros entráis, ni dejáis entrar a los que entrarían» «Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas!, que vais dando vueltas por mar y tierra para hacer un solo prosélito y, una vez convertido, le hacéis hijo del infierno dos veces más que vosotros» (Evangelio de Mateo). “Pero aquellos que, soberbios y engreídos por parecerles que poseen la más sublime doctrina, no atienden al Maestro quien les dice: Aprended de mí que soy manso y humilde de corazón, y encontraréis descanso para vuestras almas; y aunque conocieron a Dios, no Lo glorificaron cómo le correspondía, ni le dan gracias; antes se envanecen con sus propios pensamientos, y su zafio corazón se cubre de tinieblas” (“Confesiones”, de Agustín de Hipona, 354-430, filósofo y teólogo latinoafricano).
La naturaleza humana caída, adámica, tiende a la comodidad, a la rutina y a hacerse un dios a la propia medida, pero tenemos que escrutar, estudiar y meditar las Escrituras si queremos amar a Dios, y ajustarnos más a lo que ellas dicen y no a lo que ciertos líderes y falsos hermanos “nos dicen que dicen”. El camino ancho que lleva a perdición es algo cómodo en principio, pero es abusar de la gracia barata. Todos nos podemos equivocar y todos pecamos, pero persistir indefinidamente en el error –y aún más justificarlo, defenderlo e imponerlo, lo cual no es sólo pecado sino molicie, soberbia y/o pecado contra el Espíritu Santo-, y en el mal sólo puede traer, aunque al principio no nos demos cuenta, consecuencias nefastas para nosotros mismos, para los demás y para nuestra relación con Dios.
Con estas prácticas, estas rutinas, estos tics se demuestra la degradación teológica y (anti)evangélica de las instituciones oficiales de la Cristiandad, de la opulenta y occidental al menos (que es la que conozco más directamente). Eso retrata hasta que punto la Cristiandad se ha ido degradando en la no-práctica de lo que dice predicar, en la hipocresía y en amoldarse al mundo y a los intereses creados, sin interés por la justicia ni por la verdad, llevando a cabo una simple reedición del fariseísmo.
«(La religión para el hombre extrínseco es) algo para utilizar, pero no para vivir. Y puede ser utilizada de diversas maneras: para mejorar el propio estado, para reforzar la confianza en sí mismo, para aumentar sus ingresos, para ganar amigos, poder o influencia» (G. W. Allport, 1963, «Behavioral science, religion and mental health». Journal of Religion and Health, 2, n. 3). Pero… «Ningún criado puede servir a dos señores, porque aborrecerá a uno y amará al otro; o bien se entregará a uno y despreciará al otro. No podéis servir a Dios y al Dinero.» Estaban oyendo todas estas cosas los fariseos, que eran amigos del dinero, y se burlaban de él” (Lucas 16: 12-13).
El mundo moderno es esencialmente irreligioso, en el sentido de poca preocupación real por la bondad según Dios. Eso puede parecer una afirmación extraña, dado el incremento de los grupos militantes de católicos integristas, musulmanes extremistas, protestantes “conservadores” y judíos ortodoxos.
Pero si examinamos las acciones, los simples y claros hechos, en vez de la retórica, de estos movimientos, encontramos que su propósito primario es reafirmar su dominio sobre los grupos subordinados, como por ejemplo minorias nacionales, lingüísticas o religiosas, secularistas, etc…
Sus hechos, su falta de misericordia, su voluntad de ignorar y discriminar, su falta de amor insultante, cierta tendencia a la calumnia y a la ley del embudo dicen lo que sus palabras quieren esconder.
Los hechos nos dejan ver los resultados prácticos y reales de lluvias de palabras y conceptos disfrazados de fraseología «piadosa», «ortodoxa» y fundamentalista. Son del Mundo y sirven al Mundo.
Todo lo contrario de 1ª Pedro 4:8: “Sobre todo, tened entre vosotros un ferviente amor, porque el amor cubre una multitud de pecados”. Para el fundamentalismo, en realidad, el pecado es más importante que el amor y el Sabbath más importante que la gente. Es un Evangelio invertido, hábilmente manipulado por el diablo de la comodidad, la insensibilidad, la soberbia y la codicia.
Los autodenominados (a menudo abusiva y pretenciosamente) «evangélicos» también andan a veces muy desencaminados, pues «el Evangelio» no es la pura afirmación verbal de «entregarse a Cristo» sinó que es eso: el Evangelio. Para practicarlo. Pues las obras de misericordia, corazón del Evangelio, son justamente para lo que los «evangélicos» no suelen hacer: predicarlas y practicarlas. Pues confunden, manipulados, en el debate de «fe y obras», obras de la ley (reprobadas por las Escrituras pero punto central en tantos centros religiosos de reunión) con las obras de misericordia (con poca prensa en muchas “iglesias” pero centro del mismo Evangelio de Jesucristo, al que se atreven a decir que predican).

Sea anatema, porque es “otro evangelio” distinto y, en general, muy contrario al verdadero. Y, así, cualquier despertar espiritual en una sociedad cada vez más alejada de la fe, es imposible.

Las prostitutas y publicanos precederán en el Reino de los cielos a los religiosos profesionales que tuercen los caminos de toda la sociedad.

— ENLACE RLACIONADO —

Los Deseos de la Carne

LOS DESEOS DE LA CARNE

Los “deseos de la carne” pueden ser también la gula, la pereza, el orgullo o tantas otras. Y en todas ellas también se recoge lo que se siembra. Lo que me preocupa es que la mayoría de cristianos parece que siempre consideran que el centro de todo es el sexo (el “antisexo”, en este caso). Es como una obsesión algo estrambótica, pero cuando se vuelve simfonía y cuando el Vaticano pone alta megafonía (hace unos meses el Papa diciendo que no hay que usar condón, lo cual ya suena surrealista, pero ahí está, muy recientemente ha matizado algo la prohibición) es que algo muy grave está pasando en la Cristiandad.

Si la perversión sexual es antinatural, también lo es la obsesión antisexo o la obsesión persecutoria y discriminatoria contra formas de sexo. ¿Por qué no se cojen las cosas con más equilibrio y naturalidad?, no se trata de dar el visto bueno a cualquier cosa, pero tampoco de ser discos rayados.

Ni la sexualidad ni la desnudez, ni el cuerpo, ni lo material, ni el placer (ni siquiera el dinero), NO pueden ser malos en sí, pues son la creación (todo depende del uso que se haga, de los motivos o el contexto), y Salomón en el «Cantar de los Cantares» demuestra claramente que un creyente puede hablar de sexo de una manera nada mojigata (aunque por supuesto tenga una lectura espiritual alegórica, que es la fundamental), ¡y, además ser Palabra de Dios!

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– El transfondo:

Ya es sabido que para el clero, católico o protestante, los problemas de injusticia son prácticamente invisibles, mientras que todo lo que tiene que ver con el sexo es, según parece, «el pecado capital» por excelencia, cosa que no concuerda con lo que dice la Palabra, según la cual la soberbia es el pecado más peligroso, junto con otros como el amor al dinero (avaricia) o el ocultismo.

Lo más grave del asunto es que es fácil oler porque esos silencios cómplices: el poder constituido ha comprado con favores a las iglesias constituidas, organizadas según intereses humanos, y éstas, desobedeciendo al Señor, han callado y «han fortalecido las manos de los impios». Igual que en tiempos de los profetas.

La mentira es propia específicamente del diablo, y muchísimos cristianos que están dale que te pego con lo del sexo, mienten. Entonces ¿qué? La mentira pasa a ser un pecado «de segunda», puesto que casi ningún pastor habla de ella. No recuerdo haber oído nunca ningún sermón monotemático sobre la mentira, ni Wojtyla ni Ratzinger han ido nunca haciendo campaña contra los mentirosos (y todos sus peligros). Seguramente porque ellos mismos son también mentirosos.

En una encuesta salía que aprox. un tercio de los clérigos católicos son homosexuales y, entre no-viejos, solo poco más del 5% han sido estrictamente célibes según exige el legalismo oficial católico).

En conjunto resulta penoso y vergonzoso, todo este «show», que tiene más de escandaloso que de edificante. Y no digamos de engendros como la COPE, portavoz de la Conferencia Episcopal Española, donde su ya ex-estrella llegó a decir que España tenía que bombardear un hospital inglés en Gibraltar. Delirios del Anticristo metido en las «iglesias» mundanas. Es natural que el mundo acabe juzgando a las «iglesias», y eso es más que preocupante.

No estamos siendo fieles al mensaje evangélico, el «ejemplo» que se da es a menudo muy lamentable.

– El desastre social:

Mientras en las iglesias impera una gazmoñería monotemática y una mojigatería rígida, en el mundo las formas más extravagantes de desvario sexual y otros tipos de desvarios (¡hay tantos!) van cada día a más. Creo que con una actitud tan cerrada y también tan antibíblica en las iglesias, lo que provoca es un mayor libertinaje sexual y general en la sociedad. Ya de entrada es como si no hubiera ningún punto de contacto posible: la gente busca distraerse de sus agobios cotidianos y los cristianos parece que lo primero que buscan es juzgarles y prohibirles cosas. Los fariseos también estaban obsesionados con las prohibiciones, tenían listas de más de 300 cosas prohibidas que sólo ellos se sabían, por eso se consideraban «puros», apartados, que es el significado de la palabra «fariseo» (¡vaya tela, darselas de ser los más santos!). Naturalmente, el pueblo pobre («las ovejas sin pastor» de las que Cristo tenía misericordia) no se sabían el famoso listado y, por lo tanto, eran «pecadores» y «perdidos». Pero Cristo vino a por ellos, no a por los «puros», «santos», etc.

Me temo que la mayoría de cristianos no ha comprendido esto, prefieren cerrarse en sus templos y creerse los más santos. Reniego de esta actitud. La Iglesia no tiene que tener paredes, debe ir directamente a relacionarse con el mundo, con las ovejas sin pastor. No debe haber asalariados, ni tenemos que creernos los más santos, al revés, tenemos que tener un corazón penitente, porque somos pecadores, y hacer como el publicano, y no rezar como el fariseo.

No parece buen camino lo que se ve en bastantes iglesias y menos aún lo que hacen telepredicadores y alto clero.

No parece evangélica la mania monotemática del cristianismo oficial contra temas de escasa base bíblica. Lo que hay es una brutal desproporción que lleva a la esterilidad de las iglesias y a la decadencia en la sociedad. Y hay una ceguera espiritual que se niega a darse cuenta de ello porque en realidad se han hecho una Biblia y un Dios a la propia medida.

– Sentido autocrítico, contextualización

«Lo que hace santo al santo es que no pierde casi nunca la conciencia de ser un pecador. Y el pecado del diablo es el orgullo. El diablo es diablo porque se cree bueno» (Ramiro de Maeztu).

«El diablo -oh paradoja! – Es un puritano que se ha apartado de Dios (como tanto integrista musulmán, judío, católico o protestante, como tanto maestro de leyes que pone al hombre al servicio de las leyes y no las leyes al servicio del hombre, como tanto «integrista» del dinero, del poder o del placer). El diablo es alguien para quien Dios no es lo suficientemente serio, alguien que extiende la seriedad incluso más allá de donde debe, es un arco continuamente tensionado que nunca se dispara, es alguien que -y como humanos nos cuesta trabajo entenderlo pero podemos imaginarlo – nunca ríó» (The Screwtape Letters / Cartas del diablo a su sobrino, de Clive Staples Lewis, 1898-1963, novelista ex-ateo anglicano norirlandès).

– Sex(t)ocentrismo:

Por qué los fundamentalistas/integristas están siempre centrándose en el sexo y hablan tan poco de otros temas, mucho más importantes en la Biblia. No digo que no se hable de temas sexuales, lo unico que pido es que no los conviertan falsamente en «los temas morales y bíblicos» por excelencia, pues tal actitud es sencillamente una manipulación de la fe. Esas actitudes tan sesgadas dan mucho qué pensar de por qué todo va tan mal.

¿Creemos realmente en lo que dice la Biblia o la silenciamos en su mayor parte? Muchos creyentes viven en la pura rutina mental, en repeticiones y no se renuevan espiritualmente como nos pedía Pablo.

Los temas sexuales solo ocupan una parte relativamente limitada de todo lo que la Biblia expone, no se deben obviar ni descartar, pero NO SON LOS TEMAS CENTRALES, como parece que muchos cristianos, alocada u obcecadamente, pretenden.

Dios creó el sexo, no es nada malo, ni nada vergonzoso en sí. Estar siempre con este tema denota que algo no funciona bien en la psique y en la sexualidad de esas personas.

Para los fundamentalistas antisexo, siempre tan serios, legalistas e intolerantes (selectivamente), parece que no fue muy buena la idea de Dios de crearnos sexuados, ya que tantos problemas causa. No recuerdan que, tal como está escrito, «el amor cubrirá multitud de pecados». Ellos tienen siempre que ir con la ley en mano amenazando a la parte más débil, en vez de tener el coraje de denunciar, ya que tanto les va hablar de temas sexuales, los pecados mayoritaríos, que son heterosexuales. Pero como quizá son los suyos, pues nada, a meterse con los demás, con una minoría. Bonita táctica.

¿Se han dado cuenta de que la Biblia contiene seis advertencias para homosexuales por 362 para heterosexuales? Dicen ser «fieles a la Biblia», pero en realidad no guardan ninguna proporción temática lo que más se insiste en la Biblia con lo que más insisten estos religiosos fundamentalistas. ¿Recuerdan lo del mosquito y el camello?

¿Recordamos como rezaba el fariseo y el publicano? Recordemoslo siempre.

arrepentimiento

– ¿De qué habló Jesucristo?

Cristo habló del divorcio, de la lujuria y del adulterio y de la perversión moral de menores o indefensos. Pero sobre todo habló de misericordia, de amor por la gente perdida y débil, y atacó a los fariseos que se creían «puros» ritualmente. Pablo recuerda que «nadie será salvo por las obras de la Ley». Pero muchos que se llaman cristianos han vuelto hacia el legalismo farisaico.

De la fornicación habló de pasada, de la homosexualidad no habló, ni del aborto, ni de la eutanasia. Y además relativizó mucho a su familia y a su luego mitificada madre, poniendo por delante la Palabra de Dios. Por lo demás, recordemos que, escrito está: «Dios tendrá misericordia de los misericordiosos». «Ir y aprended: Misericordia quiero y no sacrificio…»

Jesús, la Iglesia Primitiva y la No Violencia

JESÚS, LA IGLESIA PRIMITIVA Y LA NO VIOLENCIA

Jesús, la Iglesia Primitiva i la No Violencia 01

Según el teólogo suizo Hans Küng en su libro Ser cristiano: «A partir de Cristo no se puede construir una estrategia de la violencia sino de la no-violencia…  La no-violencia puede apelar siempre a Jesucristo…  La renuncia a la violencia y al espíritu de venganza, la disponibilidad para el respeto al adversario y el perdón sin restricciones, el esfuerzo en busca de reconciliación y la benevolencia desinteresada constituyen la autentica exigencia que se deriva de Jesucristo».
En la época de Jesús las diferentes sectas judaicas aceptaban el recurso a la violencia, bien fuera la institucional (fariseos, saduceos, herodianos), o bien la revolucionaria de los zelotes (especie de etarras judíos). Simón fue zelote antes de ser discípulo de Cristo (Lucas 6:15) y es posible que también Pedro, Juan y Santiago habían mantenido alguna relación  con este grupo independentista judío, así como, quizás el propio Judas Iscariote.

En el Sermón del Monte Jesús dice que «los que trabajan por la paz se les reconocerá el mismo carácter de Dios», traducida literalmente la expresión del original arameo de Mateo 5:9. No es de extrañar que Jesús señalara a Pilatos: «Mi Reino no es de este mundo, si mi Reino fuera de este mundo, mi gente hubiera combatido para que no fuese entregado a los judíos, pero mi Reino no es de aquí» (Juan 18:36). Y, cuando Pedro, el ex celote, pretende defenderle, le indica: «Vuelve tu espada a su sitio, porque todos los que empuñen espada, a espada perecerán»  (Mateo 26:52)

La iglesia cristiana primitiva. Como señala Tertuliano (y luego le volverá a citar Erasmo), cuando Jesús ordenó a Pedro guardar la espada se lo estaba mandando a todos los cristianos. Toda la iglesia primitiva fue muy explícita al respeto:

Jesús, la Iglesia Primitiva i la No Violencia 03

a)      Los teólogos de los primeros siglos:
1.- La Didajé (segunda mitad s. I): El camino de la vida es el amor (2:2). Es obligatorio buscar la paz entre todos y muy especialmente entre los que combaten: “No provocarás facciones, sino que podndrás paz entre los que pelean” (4:3).
2.-La carta a Diogneto (primera mitad s. II): Los cristianos no deben usar la violencia ni siquiera en defensa propia (5:11-17). Este pacifismo, argumenta, demuestra que el cristianismo es verdadero, en contraste con el paganismo (7:7-8).
3.-Justino (fallecido hacia 161-66): «Los que antaño unos a otros nos dábamos muerte, no sólo no hacemos la guerra a nuestros enemigos sino en lugar de mentir y engañar a quienes nos preguntan, morimos alegremente confesando a Cristo».
4.- Ireneo (muerto en 202): «…los hombres no piensan ya en combatir, sino que ponen la otra mejilla».
5.- Clemente de Alejandría (muerto en 205): «Nosotros, a diferencia de las Amazonas, no adiestramos a las mujeres para la guerra, ya que deseamos incluso que los varones sean pacíficos» («Stromata» 4:8). «No nos entrenamos para la guerra…sinó para la paz. La guerra exige grandes gastos… sin embargo la paz y el amor no necesitan armas ni gastos ingentes» («Paedagogus» I, 1100:12).
6.-Tertuliano (160-220): Fue hijo de un oficial romano. Escribe en «De Corona»: «¿Será lícito a alguno adiestrarse en el manejo de la espada siendo así que el manejo de la espada siendo así que el Señor ha sentenciado que a espada morirá el que hiciere uso de la espada? ¿Podrá ir a la guerra un hijo de la paz que ni siquiera osa entrar en litigios?» (cap. 11). A esta misma pregunta responde en el cap.19 de «Idolatría»: «Es imposible porque existe una incompatibilidad entre el compromiso divino y el humano, entre el signo de Cristo y el de Satanás…¿cómo podría combatir, aún más, cómo podría ser soldado en tiempos de paz, el que carece de espada puesto que le privó de ella el Señor?».
7.- Cipriano (muerto en 258): Murió mártir. «El homicidio es llamado crimen cuando se comete a título personal pero se le denomina virtud cuando se ejecuta con carácter público» («Epístola ad Donatum»).
8.- Arnobio (muerto hacia 295): «…más valía sufrir una injuria que devolverla y derramar la propia sangre antes que contaminar las manos y la conciencia con la ajena, el mundo ingrato recibió este beneficio de Cristo, por quién la locura de la crueldad quedó ablandada y las manos hostiles comenzaron a apartarse de entrenarse para derramar la sangre del prójimo».
Etc.

Jesús, la Iglesia Primitiva i la No Violencia 02

b)      La disciplina de la Iglesia.
Según el más antiguo reglamento cristiano conocido (el de S. Hipólito, s.II-III), se dice: «catecúmeno o fiel que lleguen a ser soldados que sean rechazados porque han despreciado a Dios». Asimismo, en las constituciones apostólicas de inicios del s. IV.

Así pues, vemos que entre los primeros cristianos, en la Iglesia inmediatamente posterior a los apóstoles y todavía libre de la intromisión del Estado, la violencia, las armas o la milicia no sólo no eran aceptadas, sino eran consideradas pecado.
La Iglesia originaria –tal como se ve claramente en estos textos paleocristianos, y otros- tenía poco que ver con el fundamentalismo moderno (como la derecha religiosa norteamericana o, en España, la COPE)  que defiende a veces guerras y dictaduras, ni con su religiosidad idólatra del Estado y de las Fuerzas Armadas.
Los curas castrenses son una barbaridad y algo que está fuera del cristianismo.

Francisco de Asís, los valdenses (s. XIII-XIV), hermanos checos y lollandos (XV), anabautistas-menonitas (d. s. XVI), cuáqueros (XVII), hermanos moravos (XVIII), etc., han vuelto periódicamente a plantear claramente el servicio civil, la ayuda al prójimo y el amor como alternativa al militarismo y al servicio de armas.
Estado e Iglesia han pactado a menudo implicaciones religiosas para lo militar. Sin embargo, en la Biblia, hay base más que suficiente para plantear el derecho a la objeción de conciencia a las armas, tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento.
Cuando Isaías profetiza al Mesías, empieza a presentarlo así: «Porque has roto el pesado yugo, y la vara de su hombro y el centro del opresor, como en el día de Madián. Porque toda bota con que taconea el guerrero en el tumulto de la batalla. Y todo manto revolcado en sangre serán quemados, pastos del fuego» (9:4-7).
El Estado español, que tanto dispendia en gastos de armamento y es, a la chita callando,
uno de los principales productores y exportadores mundiales de armamento, posee, en cambio, una cuarta parte de niños en la pobreza, 6 millones de pobres, más de 5 millones de ancianos (más de medio millón de ellos viven solos), 3 millones de alcohólicos, 1.250.000 minusválidos, medio millón de deficientes y otro tanto de analfabetos totales adultos, con los sueldos más bajos de casi toda la Unión Europea, el más alto consumo de drogas, nintendos, etc., de accidentes laborales, etc, el más bajo de lectura…
Luego, no nos extrañemos de que las cosas vayan mal para unos y otros, porque «Misericordia quiero, que no pena negra, y que Dios sea conocido adecuadamente mejor que tanta ceremonia» (Oseas 6:6; citado dos veces por Cristo en los Evangelios).

……………..

Un film basado en hechos reales: «Johnny got his gun/ Johnny cogió su fusil»